El color en el interiorismo

Como diseñadores, en BK hemos creado infinidad de hogares y entornos. Hemos jugado con gran cantidad de distribuciones, extensiones y diseños, pero hoy queremos hablaros de un factor que muchas veces no llegamos a tener tan en cuenta debido a su sutileza.


El color es al interiorismo lo que la sal a la cocina. La manera de presentar cualquier diseño varía mucho según la tonalidad, intensidad o iluminación. esto nos permite abrir una gran paleta de opciones y emociones para convertir la estancia más simple en un lugar reconfortante, que incite al descanso, o que por contra atraiga buenas energías y dinamismo para trabajar.

Vamos a ver cómo aplicamos estas reglas al interiorismo.

Partiendo de los colores más genéricos, hay una relación directa entre color y emoción. Dentro del abanico cromático encontramos razonables estos enlaces.

Verde: Conceptos de Paz, Harmonía o naturaleza

Amarillo: Energía, actividad o ideas brillantes y creativas.

Naranja: Otro color energético que fomenta la interactuación, conversación y dinamismo.

Rojo: Ideal para complementar, insufla energía y agitación.

Rosa: Cálido y acogedor, un color que nos aporta bienestar y paz emocional.

Violeta: un color lleno de magia y misticismo. Relajante y a su vez lleno de elegancia.

Azul: Calma e introspección para un color que nos trae directamente el mar y el cielo.

¿Pero qué sucede en las cocinas?
Una estancia de la casa que generalmente se presenta sobria respecto al uso de estos colores, ¿qué análisis puede recoger?


Vamos a analizar con más detalle los colores más presentes en las cocina a nivel mundial.


Blanco: El color que encabeza la lista de uso en cocinas. El blanco es luminoso, favoreciendo la visibilidad y el aprovechamiento de la luz al detalle. Es un color que transmite calma, pulcritud y equilibrio, imprescindible en una estancia cuyo máximo requerimiento es el de mantener unas condiciones higiénicas óptimas.
Por sus características e infinidad de matices como el marmol blanco, los materiales con base de cuarzo o el azulejo, sin duda uno de los colores que difícilmente dejarán de aparecer en esta estancia.

Negro: Elegancia, sobriedad, y un color complementario perfecto para el blanco, yendo siempre de la mano. Transmite la sensación de cierto lujo en las cocinas y un contraste excelente.

Gris (acero): el gris siempre ha sido un color relacionado con la tecnología, frío pero apacible. en el caso de las cocinas, adoptamos su variante acerada como otro de los colores más empleados. Brillo adicional en los elementos en los que se aplica, y sensación de pulcritud y tecnología.

Textura Madera: No es un marrón o un naranja al uso. Al igual que el acero, un complemento que trasciende el simple color monocromático aportando textura y sensaciones adicionales. aporta el sosiego de lo natural, salud y el bienestar que nos transmite lo tradicional, lo clásico. el punto de clase definitivo cuando se emplea en su justa medida.


Como veis, las posibilidades y combinaciones son casi infinitas.
En BK nos gusta combinarlos en las mesuras justas, jugando con las sensaciones buscadas para crear una atmósfera única y a la carta. Sin duda un desarrollo que vale la pena realizar en todo proyecto de interiorismo.